Cabina
La nueva generación de coches trae de nuevo al reglamento el “efecto suelo”. Este sistema estuvo presente en la categoría durante la década de los 70’ e hizo que la competencia fuera más pareja, dejando cinco campeones de cuatro equipos distintos.
El efecto suelo hace referencia a la cercanía de lo autos con el asfalto, haciendo que haya menos aire sucio y que sea más fácil seguir al rival de enfrente, gracias a esto no será necesario el DRS para los rebases en algunas ocasiones.
El regreso de este sistema también trae de vuelta un problema, el porpoising. Durante los primeros test en Barcelona se pudo notar que monoplazas como el de Ferrari, McLaren y Alfa Romeo presentaron esta situación. Para explicar este fenómeno vayamos a la definición, el porpoising es un “picado sucesivo o movimiento ondulatorio”, por lo que en cierto momento, los coches llegan a hacer un movimiento cual delfín entrando y saliendo del agua.
Con el efecto suelo se consigue más dawnforce y, debido a esto, el flujo de aire aumenta o disminuye con el fin de alcanzar más velocidad, pero también hace que el monoplaza se comprima por la parte trasera y que el aire se estanque, hasta que se libera y se genera el “picado sucesivo” con el que se definió el porpoising.
Durante las prácticas se vio a pilotos hablando con los ingenieros sobre este tema, ya que entre más agresivo sea el porpoising, más difícil de controlar será el auto. De hecho, en la recta principal del circuito en Cataluña, se observó a Carlos Sainz en una trazada incorrecta debido a que el asfalto estaba dañado a causa de los golpes que dan los monoplazas contra el suelo.
Los ingenieros se han puesto a trabajar para solucionar este problema, no solo por el compromiso de un buen espectáculo sino por los problemas que les puede traer si se dañan componentes del auto. Así que veremos si las nuevas reglas traen una competencia más pareja o de nuevo benefician a los equipos con más presupuesto.
09/03/2022 I Edwuin Vazquez I Ultra deportes
